martes, 15 de diciembre de 2009

En camino.




Cuéntame por qué no vienes del mar
si sabes a sal
dime por qué tu mundo es cyan 
y el mío a veces es sepia. 
Trágame y luego dime por qué no te se a verduras grises,
por qué el humo de tus ojos es bicolor 
y los ojos rosas nocturnos del tiempo
gimen cuando nos tocan. 
Por qué los sábados huelen a pan
y tus lunes a tierra, 
por qué las escaleras me empapan de sustancias salvajes. 

Por qué no puedo más. 

Dime todo a destiempo y con ritmos árabes. 
Dímelo todo y lento. Pero dímelo ya. 

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